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Elma Saiz redefine la Hispanidad como un concepto abierto a todas las nacionalidades

La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, en el encuentro con migrantes con motivo de la Hispanidad
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, en el encuentro La Hispanidad es cosa de todos: cuidar lo que los une, respetar lo que nos diferencia, que compartió con migrantes de Latinoamérica, África, Asia y Europa.

Con motivo del Día de la Hispanidad, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha celebrado el acto «La Hispanidad es cosa de todos: cuidar lo que los une, respetar lo que nos diferencia», un encuentro en el que migrantes de Latinoamérica, África, Asia y Europa han compartido sus experiencias y conversaron con la ministra Elma Saiz sobre el significado actual de esta identidad común.

En sus palabras de bienvenida, la ministra ha destacado: «La Hispanidad de quienes nacieron en Colombia, en Venezuela o en Ecuador y hoy trabajan, estudian o crían a sus hijos en España. Es de quienes llegaron de Marruecos, China, Ucrania o Senegal y, con su esfuerzo, se sienten parte de esta comunidad que los acoge. Y también es de quienes nacimos aquí, pero entendemos que la riqueza de nuestro país se mide por su diversidad».

«El 12 de octubre es una fecha que ha evocado diferentes cuestiones a lo largo de la historia. Primero, dolor y sufrimiento; después, los lazos compartidos entre España y los pueblos de América Latina, y hoy, en el siglo XXI, año 2025, adquiere un significado más amplio, más inclusivo, más humano», ha afirmado Elma Saiz en el encuentro, en la sede del Ministerio del que es titular.

España acoge a 7 millones de personas migrantes procedentes de los cinco continentes, de las que 4,2 proceden de Latinoamérica, donde residen casi 2 millones de españoles, más de la mitad de los que viven en el exterior.

Hispanidad abierta y universal

El acto ha reunido testimonios de personas que reflejan cómo la diversidad enriquece la vida social, cultural y económica de España.

Amalia, de República Dominicana, ha relatado cómo se integró en España tras llegar en 2006 para ampliar su formación: «Me integré porque conté con muchas manos amigas que me apoyaron, sin prejuicios, y me cuidaron. Esas manos que no te ven como un otro, sino como un tú». Hoy trabaja en la Universidad Autónoma y cría a su hijo en Madrid.

Estefanía, de Venezuela, llegó con 12 años junto a su familia: «Migramos a España para crear nuevas oportunidades de futuro». Ahora estudia Auxiliar de Enfermería y lo compagina con un trabajo en hostelería para contribuir a la economía familiar.

Adam, joven español, hijo de padres procedentes de Marruecos, cree que «compartir culturas añade valor a la sociedad». En su intervención, ha señalado el esfuerzo de todas las familias migrantes por «salir adelante» en un momento en el que se ve «mucho mensaje de odio, principalmente hacia la población marroquí».

Procedente de Guinea Ecuatorial, María del Pilar ha profundizado en la celebración del Día de la Hispanidad: «Todos los 12 de octubre celebramos la Hispanidad, porque es de todos y estoy de acuerdo con celebrarla no solo con los países de habla hispana». Yeimi, hondureña en España desde hace 10 años, ha explicado su trabajo y compromiso por los derechos de las personas migrantes y trabajadoras del hogar.

Más testimonios, de Marge, Zenib, Hugo…

Desde Colombia, Marge ha puesto en valor el camino que le ha llevado a instalarse en España gracias a un entorno integrador. «Es la primera vez, en 11 años que llevo aquí, que he tenido la oportunidad de escuchar otras narrativas. Es una oportunidad de poner en evidencia lo difícil que es el camino hasta llegar a estar aquí sentada, y lo fácil que se convierte cuando tienes un entorno que te apoya».

Zenib, mostoleña de padres marroquíes, ha compartido su experiencia de representar a su país en competiciones deportivas: «He sido campeona de kárate y he podido representar a España en un mundial. Es un orgullo poner de relieve que las personas racializadas podemos ocupar esos espacios». Por su parte, Bernard, filólogo y profesor que llegó hace 25 años a España desde Camerún por estudios, ha calificado la sociedad española como un crisol: «España nos da muchas cosas, solo tenemos que devolvérselas».

Hugo, de Bolivia, ha señalado el doble compromiso del migrante en España: «La misión de velar por el bienestar de tu país, porque nunca te olvidas de dónde vienes, y de velar por el país de llegada. Nos sentimos como cada uno de los 50 millones de españoles», ha afirmado.

Otros testimonios han reflejado la diversidad global que forma parte de la nueva Hispanidad. El maestro chino Xinmin, instalado en España desde 1974, fue pionero en la introducción del kung-fu y el taichí en nuestro país, y ha puesto en valor su trabajo en España: «He trabajado toda la vida por el deporte y para ayudar a muchas personas».

La abogada ucraniana nacionalizada española Liliya ha puesto en valor que la Hispanidad también la celebra como una fiesta propia: «Cada uno aporta lo suyo. Me gusta el concepto de respetar las diferencias porque es lo que nos enriquece y lo que aporta». Estaba sentada al lado de su madre, que fue la primera en llegar a España hace 26 años junto a su marido y supo desde el primer momento que era el país donde quería criar a sus hijos, así que se los trajo también. «Les escribía cartas contándoles que me había enamorado de esta tierra y de su gente», ha dicho.

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