Una inteligencia artificial para y por África

«La inteligencia artificial es hoy en día un reto importante para todos los países del mundo, y África no puede quedarse al margen de este movimiento», afirma el doctor Tawfik Jelassi, subdirector general de Comunicación e Información de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en una entrevista concedida a Noticias ONU.
La semana pasada, la agencia de la ONU presentó soluciones a este desafío en una conferencia del G20 sobre el desarrollo de la inteligencia artificial en África, celebrada en Ciudad del Cabo (Sudáfrica). Esta conferencia se organizó para «poner la inteligencia artificial al servicio de África» y «garantizar el apoyo a una dinámica endógena en África», destacó la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, en un comunicado de prensa.
Soberanía de África
De hecho, los avances de la IA en todo el mundo presentan grandes oportunidades de progreso, pero también grandes riesgos, relacionados en particular con el medio ambiente, la ética o las desigualdades.
«África no puede permitirse aumentar la brecha digital. Está considerando utilizar la inteligencia artificial como palanca para el crecimiento, la inclusión social, el desarrollo económico y la prosperidad», explica el doctor Jelassi.
Según él, la IA en África debe poder reflejar la imagen de sus usuarios y responder lo mejor posible a sus necesidades.
«África no debe, en cierto modo, heredar la inteligencia artificial que se está diseñando, desarrollando e implementando en otras partes del mundo», afirma. «África no va a utilizar una inteligencia artificial basada en valores que no son los de África, desarrollada con idiomas que no se hablan en África y según marcos y conceptos que son ajenos a África».
Formación inclusiva
El alto responsable de la UNESCO se congratuló de la presencia y la participación en la conferencia de grupos infrarrepresentados o marginados en la toma de decisiones, como los jóvenes, las personas con discapacidad o los hablantes de lenguas minoritarias.
Sobre bases inclusivas y participativas, la UNESCO prevé formar a más de 15 000 funcionarios y 5000 miembros del personal judicial en los retos de la IA en todo el continente africano. Estos cursos tienen por objeto desarrollar las competencias de los beneficiarios en ámbitos como la IA y el Estado de derecho, la ética del uso de la IA o la transformación digital en la administración pública reforzada por la IA.
Un proyecto a gran escala
El proyecto de la UNESCO incluye diferentes tipos de implementación sobre el terreno. En primer lugar, los cursos en línea permitirán que un máximo de beneficiarios se formen desde cualquier lugar con conexión a internet. De forma presencial, el programa Youth Coding Initiative formará a más de 2000 maestros, alumnos y responsables políticos de la educación de 15 países africanos.
También se creará una incubadora panafricana que apoyará a 1500 investigadores en el desarrollo de la IA. Las oficinas regionales de la UNESCO en Nairobi, Dakar y Ciudad del Cabo también ofrecen formación. Y en Rabat, la UNESCO cofundó hace ahora un año un centro dedicado a la inteligencia artificial, AI Movement, el primero del continente.
Para ampliar aún más la escala de la formación, la UNESCO creó el pasado mes de junio la Alianza Mundial de Escuelas de Administración Pública, que ya reúne a 45 Estados africanos.
«Debemos cooperar unos con otros, los países africanos con la ayuda de la Comisión de la Unión Africana. Debemos unirnos. (…) La IA es una tecnología que requiere muchos recursos y algunas economías, especialmente en África, no pueden permitírselo», recuerda el doctor Jelassi.
Fundamentos sostenibles y universales
Las iniciativas de la UNESCO también pretenden ser sostenibles y eficaces a lo largo del tiempo. Su diseño se basa en los derechos humanos, según el alto responsable de la UNESCO.
«No queremos que se haga un mal uso de la inteligencia artificial (…) Debe hacerse de una manera que respete la dignidad personal, que respete los datos privados y que respete al ser humano como usuario o destinatario de esta tecnología», afirma.
La ética y la responsabilidad también ocupan un lugar central en las soluciones de la UNESCO, con la adopción en 2021 por 193 países de su recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial. Se trata del primer instrumento normativo mundial sobre la ética de la IA.
Sin embargo, el desarrollo de la IA sigue siendo inseparable de sus retos medioambientales, dado su elevado consumo de agua y electricidad.
El doctor Jelassi recuerda así la alineación de la UNESCO con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, así como el estudio de este tema, en particular con la publicación de un nuevo informe sobre el desarrollo de una IA más compacta, potente y eficiente desde el punto de vista energético.