La Consejería de Agricultura inicia el protocolo de actuación tras la confirmación de un foco de Influenza Aviar en Yeles (Toledo)
15/10/2025Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural
Trabajo en coordinación con la Consejería de Sanidad y el Ministerio de Agricultura
La Consejería de Agricultura inicia el protocolo de actuación tras la confirmación de un foco de Influenza Aviar en Yeles (Toledo)
La explotación afectada cuenta con un censo de 110.000 gallinas ponedoras que serán sacrificadas.
La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural ha adoptado de forma inmediata el protocolo de actuación: inmovilización de la explotación afectada y de las localizadas en la zona delimitada de protección y vigilancia; realización de encuestas epidemiológicas; sacrificio y destrucción de todo el censo de la explotación afectada, y por último, la eliminación de los materiales presentes susceptibles de portar el virus.
En coordinación con la Consejería de Sanidad, se está trabajando para la protección de la salud de las personas, si bien cabe decir que esta situación no supone un riesgo para la salud pública de la población general. En cuanto al riesgo para los trabajadores de la explotación afectada se considera bajo. No existe riesgo asociado a consumo de carne de ave o huevos cocinados.
Toledo, 15 de octubre de 2025.- La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural ha notificado la detección de un foco de Influenza Aviar en una explotación de gallinas ponedoras en Yeles, en la provincia de Toledo, después de que el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid) haya confirmado este mediodía la existencia del virus en esta explotación.
Desde el mismo momento de la confirmación se ha puesto en marcha el protocolo de actuación correspondiente, en coordinación con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la Consejería de Sanidad y con el mismo sector, con el objeto de minimizar el riesgo de diseminación de la enfermedad y proteger la sanidad animal y la seguridad de las explotaciones de la zona.
En este sentido, cabe decir que esta explotación ya se encontraba dentro de la zona de restricción de un foco declarado días atrás en Madrid. El siguiente paso por tanto es la inmovilización de todas aquellas explotaciones ubicadas dentro de la zona de protección y vigilancia que se establece en un radio de tres y diez kilómetros respectivamente, alrededor de la explotación en cuestión.
La aplicación de todas las medidas protocolarias conlleva el sacrificio y la destrucción de las 110.000 gallinas ponedoras que forman el censo de esta explotación afectada, así como la eliminación de materiales presentes que pudieran vehicular el virus como estiércol, pienso, o camas, entre otros elementos.
Asimismo, se procederá también a la realización de las encuestas epidemiológicas correspondientes para conocer, tanto el posible origen del foco, como la identificación de las explotaciones que pudieran estar en riesgo por movimientos de personas, vehículos, animales o materiales. Estas investigaciones permiten garantizan una respuesta rápida y eficaz para evitar la propagación de la enfermedad.
Por lo que respecta a la zona de restricción establecida, compuesta por una zona de protección y otra de vigilancia de tres y diez kilómetros respectivamente, es fundamental reforzar la vigilancia y medidas de bioseguridad. En estas explotaciones también se encuentran restringidos los movimientos de aves y demás productos avícolas.
Además, está previsto que desde la Dirección General de Ordenación Agropecuaria se mantengan los contactos pertinentes con el sector para informarle del estado de la situación, de las actuaciones que se han realizado y se realizarán en los próximos días y para pedir la máxima colaboración y precaución en las medidas de prevención y control.
Por último, y aunque esta situación no supone un riesgo de salud pública para la población general, las consejerías de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural y la de Sanidad están trabajando coordinadamente. El riesgo para los trabajadores con exposición ocupacional en la explotación afectada con aves enfermas se considera bajo y no existe riesgo asociado a consumo de carne de ave o huevos cocinados.
También se recuerda la necesidad de extremar las medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas en la península, así como de comunicar cualquier sospecha de enfermedad en animales a los Servicios Veterinarios Oficiales de la Comunidad Autónoma correspondiente, con objeto de garantizar la posible detección precoz de cualquier nuevo foco y permitir adoptar las medidas necesarias para evitar la diseminación de la enfermedad a otras explotaciones.