El Consejo de Patrimonio Cultural de Canarias aprueba tres expedientes para su declaración BIC

La técnica artesanal de la Roseta, la Casa Torres y el Juego del Garrote Tradicional de la isla de Gran Canaria ya cuentan con el aval del órgano
El último paso para su declaración efectiva será con la aprobación de los decretos correspondientes en Consejo de Gobierno
El Pleno del Consejo de Patrimonio Cultural de Canarias, máximo órgano asesor y consultivo en este ámbito, en base a las ponencias técnicas, dio el visto bueno a tres nuevos expedientes para su declaración como Bien de Interés Cultural, cuya aprobación definitiva se realizará por decreto en Consejo de Gobierno.
Dentro del orden del día, se informó favorablemente las propuestas de declaración como Bien de Interés Cultural Inmaterial en el ámbito de Canarias a la técnica de la Roseta, dada la importancia cultural, artesanal, social y económica que tuvo esta práctica que se ha mantenido en las islas de Tenerife y Lanzarote. Así mismo, se dio conformidad a la declaración como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento a La Casa Torres, construida en el siglo XVIII, ejemplo típico de inmueble señorial urbano ubicado en la Villa de Teguise, Lanzarote. Finalmente, cuenta con el visto bueno del Consejo el expediente del Juego del Garrote Tradicional de la isla de Gran Canaria, como Bien de Interés Cultural Inmaterial, en la categoría de Juegos y deportes autóctonos.
La Roseta

La protección de esta técnica artesanal que a día de hoy se sigue manteniendo en Lanzarote y Tenerife, además de la propia ejecución, tienen en común la forma de repartir la materia prima, la selección de motivos o la recogida una vez terminado el producto. En ambas islas esta artesanía textil siempre fue un tipo de encaje familiar que se transmitía de una generación a otra y que permitía su trabajo sin abandonar el seno familiar. Era una labor realizada por mujeres de condición humilde, casi siempre en zonas rurales, que gracias a estos trabajos podían complementar su precaria economía familiar. Debido a que no exige tener un amplio espacio para su desarrollo ni maquinaria especial, salvo agujas e hilo, se hacían en casa, en un horario de tarde-noche, una vez acabada las tareas del hogar o del campo, contribuyendo a la economía familiar en épocas de escasez.
Las artesanas estaban especializadas en modelos sencillos y era la dueña del taller la especialista en hacer otras rosetas más complicadas y las labores de presillado o de unión para formar los paños. Lo curioso es que el número de roseteras era difícil de calcular porque en los censos del momento se las consideraba amas de casa o sus labores y no aparecía este trabajo, pero sí las contabilizaban las empresas comercializadoras en sus libros de cuentas, donde aparece el nombre de la artesana y su especialidad. A nivel general, había dos formas de recibir el pago por el trabajo, o bien lo hacía la intermediaria, personas que llevaban hilos y modelo y recogía el producto finalizado o a través de las ventitas del pueblo, conocidas como de aceite y vinagre, donde las artesanas llevaban su producto a cambio de alimentos u otras necesidades y luego era desde allí donde se llevaba a las empresas.
Si se presta atención a la técnica en sí, se observa que no hay diferencias entre islas, aunque para denominar la base, en Lanzarote el pique es de base de metal redonda o cuadrada, con los orificios donde se insertan los alfileres siguiendo la forma de la pieza deseada que luego se coloca sobre la pelota rellena de arena. Mientras que en Tenerife, el pique es toda la base y la parte superior donde se hacen los orificios para los alfileres es de cuero o escay. En cuanto a los motivos, suelen ser similares, aunque cambia su denominación entre islas pero también entre los pueblos de las islas donde se realiza la práctica.
Casa Torres

Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, se encuentra ubicada en la Villa de Teguise (Lanzarote). Construida en el siglo XVIII, es un ejemplo típico de casa señorial urbana. Situada en la trasera del Palacio Spínola, tiene su fachada principal en la calle Víctor Feo y perteneció al sacerdote D. Bartolomé Torres, siendo uno de los edificios más singulares de uno de los mejores cascos históricos que se preservan en Canarias.
Fue construida en fecha imprecisa junto a una de las calles principales del centro urbano de Teguise, en el área delimitada como Conjunto Histórico de la Villa. La valía del inmueble ha sido ponderada en publicaciones que lo describen con un carácter genérico, resaltando su singularidad en el medio isleño y en el propiamente local. Tal es así que, de acuerdo con los valores históricos y tipológicos que le son atribuidos, desde 2014 el catálogo arquitectónico del municipio concedió a la vivienda el grado de protección integral, permitiendo que en ella se desarrollaran tan solo obras de conservación, consolidación y restauración. Esas mismas circunstancias, que ahora se conocen mejor, gracias al esclarecimiento de sus posibles orígenes y a las soluciones que revela con originalidad el plano arquitectónico, avalan este expediente de incoación como BIC conforme a la normativa en vigor para garantizar su preservación bajo condiciones óptimas.
La Casa de Torres ofrece un muestrario de soluciones constructivas y recursos de carpintería que le confiere un interés notable, ya que pocos inmuebles de Lanzarote concentran dichos elementos con igual desarrollo o variedad. Su singularidad reside en las proporciones que su fábrica alcanza en muchas estancias y en sus volúmenes totales, posibles gracias a la adaptación forzosa a la parcela disponible. Esta residencia de Teguise pervive como un referente clave para el estudio de la arquitectura tradicional en las islas orientales.
Juego del Garrote Tradicional de la isla de Gran Canaria

El Juego del Garrote Tradicional de la isla de Gran Canaria es una de las tres modalidades del Juego del Palo, si atendemos a sus tamaños (corto, medio o vara y grande), en su variante de palo grande. Las tres modalidades debieron estar presentes en todas las islas, en algún momento de la Historia de Canarias, y en la actualidad, y respecto a la isla de Gran Canaria, solo pervive en algunas localizaciones, como es el caso del juego del garrote en la comarca sudeste la isla: Valsequillo, Telde y Santa Lucía de Tirajana.
Se puede definir como una esgrima de palos (garrotes) entre dos jugadores que desarrollan un enfrentamiento en el que el objetivo no es dañarse sino realizar un amplio repertorio de técnicas de ataque y defensa. Cada jugador hará uso de las “mañas” que mejor ejecuta para marcar un golpe o desarmar a su oponente.
De origen prehispánico, presenta una serie de particularidades en relación a los juegos del palo que lo diferencian de las modalidades practicadas en otras islas del archipiélago, lo que justifica su declaración como BIC de carácter insular.
En la década de los ochenta del pasado siglo, comienza la recuperación Juego del Garrote Tradicional de la isla, con la familia Calderín de Valsequillo, los Mederos de Tafira, Pancho “El Rojo” de Firgas, Juan Evangelista de Gáldar o Pancho, el de Alejo, en San Lorenzo.” (1992:59).
Asociada a la cultura pastoril grancanaria, es un legado que diferentes colectivos han rescatado, estudiado y siguen practicando en la actualidad en varias escuelas de la isla.