La consejera de Justicia y Derechos Humanos asegura que “la memoria democrática ha de ser el pilar fundamental sobre el que construimos nuestro futuro”
- María Jesús San José ha participado hoy en Ermua en el homenaje a las víctimas del terrorismo que ha organizado el ayuntamiento de la localidad
La consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, ha asegurado que “la memoria democrática ha de ser el pilar fundamental sobre el que construimos nuestro futuro”, y ha reiterado su compromiso “con la verdad, la justicia y la reparación”. San José ha participado hoy en Ermua en el homenaje a las víctimas del terrorismo que ha organizado el ayuntamiento de la localidad.
Frente al monolito de Agustín Ibarrola y ante una amplia representación ciudadana e institucional, con la presencia del Vicelehendakari y consejero de Economía, Trabajo y Empleo, Mikel Torres, la delegada del Gobierno, Marisol Garmendia, o la alcaldesa de Ermua, Beatriz Gámiz, la consejera ha subrayado que “escuchar a las víctimas, proteger su dignidad y garantizar su reconocimiento es una obligación institucional, pero también un deber moral”.
Durante su intervención, San José ha recordado que “no hay sociedad justa si olvida a quienes fueron víctimas de la barbarie”, y ha reafirmado el compromiso institucional con la verdad, la justicia y la reparación. “Nos reunimos no solo para recordar, sino para construir un presente más justo y un futuro más libre”, ha señalado. Asimismo, ha subrayado la importancia de mantener viva la memoria democrática como “pilar fundamental sobre el que construimos nuestro futuro”, y ha advertido de los riesgos del olvido: “si se instala, no solo borra el pasado, también puede llegar a corromper el futuro”.
San José ha querido rendir un recuerdo especial a los vecinos de Ermua asesinados por ETA, Miguel Ángel Blanco y Sotero Mazo, y ha destacado que en Euskadi “no hay espacio para la violencia, la intolerancia ni la deshumanización de quien piensa diferente”.
Por último, ha agradecido el trabajo de quienes, desde las instituciones, la educación, la cultura y el activismo cívico contribuyen a preservar y transmitir una memoria colectiva basada en el respeto, la dignidad y la convivencia, y, dirigiéndose expresamente a las familias, ha asegurado que su testimonio “es un faro ético para nuestra sociedad. Su memoria es un patrimonio colectivo que debemos preservar con compromiso”.
El acto ha finalizado con la tradicional ofrenda floral junto al monolito de Agustín Ibarrola, obra simbólica que representa, en palabras de la consejera, “una piedra firme frente al olvido”.