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El Gran Profeta de Pablo Gargallo regresa al Jardín del edificio Sabatini

El Museo Reina Sofia vuelve a exponer la obra escultórica de Pablo Gargallo, Grand Prophète (Gran Profeta), realizada en 1933 y que forma parte de los fondos de la Colección del Museo. La estatua, de más de dos metros de altura, estuvo expuesta hasta 2021, y vuelve ahora a una nueva ubicación, en el Jardín del edificio Sabatini.

Su instalación coincide con la retirada del icónico ‘pájaro lunar’ de Joan Miró, una escultura de 1966 que se traslada para su exhibición en la Llotja de Palma con motivo de Paysage Miró. De les trobades i de l’atzar en Miró, exposición que se inaugurará el próximo 16 de julio, y en la que el Museo Reina Sofía colabora con varios préstamos.

Grand Prophète, la gran obra de un maestro de la escultura moderna española

Pablo Gargallo (Maella, Zaragoza, 1881 – Reus, Tarragona, 1934) fue uno de los tres representantes de la escultura moderna española en París, junto a Julio González y Pablo Picasso. Gargallo se distingue por su dominio del metal y su capacidad para reinterpretar la naturaleza a través de formas estilizadas, incorporando innovaciones tanto en la técnica como en el uso del material.

Grand Prophéte es el gran proyecto final de su autor. Es una gran escultura transparente en bronce fundido, cuyo concepto habría sido imposible de realizar en metal recortado o forjado, por el espesor del metal y el tamaño en el que fue concebida. Gargallo modeló la figura en escayola para su posterior fundición en bronce que por dificultades económicas solo se hizo de forma póstuma, en 1936.  

La temática del profeta aparece pronto en la obra del artista, quien en 1904 dibuja con trazo rápido y seguro a pluma, una figura de un profeta barbudo, san Juan Bautista clamando en desierto. Más tarde ensayó el formato tridimensional en chapa recortada con el busto: Étude de Prophète de 1926, en cobre, obra que también se conserva en la Colección del Museo.

Finalmente realizaría este Grand Prophéte, una imponente obra y uno de los iconos de la escultura de vanguardia del siglo XX, que el escultor llegó a exponer en una exitosa monográfica en la galería Brummer de Nueva York y en la sala Parés de Barcelona (en su versión original en escayola), ambas en 1934. E. Tèriade, editor de Cahiers d’Art, la publicó en el nº 5 de la revista surrealista Minotaure del mismo año.

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