Gobierno de España

​Comparecencia Convalidación Real Decreto-Ley Plan de respuesta y relanzamiento comercial

Muy buenos días, señorías.

Como bien ha dicho la Presidenta, comparezco ante ustedes esta mañana para solicitar el apoyo a la convalidación del Real Decreto-ley 4/2025 de medidas de respuesta a la amenaza arancelaria y para el relanzamiento comercial. 

Quiero comenzar haciendo una breve mención a la complejidad del contexto, del entorno internacional en el que nos estamos moviendo y a la incertidumbre que éste genera para nuestras empresas, y de ahí precisamente la importancia de este Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial que pusimos, como no puede ser de otra manera, en marcha desde el primer momento, de manera inmediata.

Fuimos, de hecho, el primer país en actuar en la Unión Europea para que nuestro tejido productivo y nuestros trabajadores puedan contar con esta red de apoyo preventivo desde el primer momento, para hacer frente, como decía, a este escenario incierto y, más que incierto, incluso volátil en muchos momentos.

En el último mes, desde que comparecí por última vez ante esta Cámara, y como ya anticipábamos, ha persistido precisamente este escenario de conflicto comercial y, con ello, la elevada incertidumbre que trastoca decisiones de consumo, decisiones de inversión, tanto de hogares como de empresas.

Por un lado, como saben, la Administración estadounidense anunció un plazo de 90 días de pausa en la implementación de los mal denominados aranceles recíprocos que se habían diseñado previamente para una gran mayoría de productos y para la práctica totalidad de los países del mundo. Recordarán que se trataba de un arancel del 20% en el caso de los productos procedentes de la Unión Europea.

Esta pausa, sin duda, supuso una buena noticia y un balón de oxígeno para la negociación. No obstante, recordemos, porque hay que recordarlo, que en este tiempo de negociación y de pausa, esta pausa solo afecta a parte de los aranceles. Sigue habiendo una aplicación generalizada del 10% y, además, a ello se le suma un 25% que ya se había impuesto al acero, aluminio, productos derivados y un 25% también al sector del automóvil.

Asimismo, y sin perjuicio de esta tregua para la negociación, en las últimas semanas hemos tenido noticias adicionales, como el hecho de que la Administración estadounidense ha seguido anunciando nuevas medidas. Por ejemplo, como es el caso de la industria cinematográfica hace apenas unos días. O también el inicio de investigaciones amparadas en motivos de seguridad nacional, como es el caso de la industria farmacéutica.

En definitiva, como decía, es un clima de enorme incertidumbre e incluso volatilidad que continúa y para el que debemos estar preparados de la mejor manera posible, asumiendo, anticipando y minimizando las implicaciones que pueda tener sobre nuestro tejido productivo.

Ya lo decía el Premio Nobel Paul Krugman, que de hecho es una de las voces más críticas con este giro en materia de política comercial estadounidense, diciendo que, más allá de la magnitud del giro, lo más nocivo a corto y medio plazo es precisamente la incertidumbre. Y los efectos negativos que esta puede tener a la hora de tomar estas decisiones tan importantes, tan relevantes de medio y largo plazo como son decisiones de consumo o decisiones de inversión.

De hecho, ya tenemos datos para la evolución de la economía americana en el primer trimestre. Reflejan una contracción del PIB de tres décimas después de tres años de una evolución en positivo del PIB americano, con una significativa distorsión además en materia de importaciones o de acumulación de inventarios ante el temor, ante la incertidumbre de lo que pueda venir.

Hay, por lo tanto, muchas incógnitas en este nuevo escenario, pero parece claro que este cambio de rumbo en la política comercial de Estados Unidos conlleva un coste. Un coste para todos, pero esencialmente y en primer lugar para la economía americana.

Ante eso, la respuesta de la Unión Europea ha sido una respuesta fiel a su ADN, pero sin caer en la ingenuidad, sin ser naif.

Frente a este viraje hacia la fragmentación de Estados Unidos, la Unión Europea está manteniendo el ritmo, con un enfoque coherente, como decía, con sus valores. Valor de coordinación y de unidad en la respuesta, como nuestro principal activo, que nos permite sentarnos a la mesa de negociación con fuerza y con las herramientas necesarias para alcanzar un acuerdo equilibrado y justo.

En segundo lugar, con los valores de defensa del multilateralismo y del libre comercio, apostando por una negociación constructiva con nuestro principal socio, con nuestro socio transatlántico.

De hecho, así lo muestra el compromiso pleno y la intención de buscar un acuerdo que favorezca a todas las partes, el hecho de que la Unión Europea está temporalmente, además, suspendiendo las medidas que ya se diseñaron para responder a los aranceles del acero y del aluminio. Medidas coherentes con la normativa internacional y denominadas de reequilibrio y que venían, como decía, a responder, a ser la contraparte de aranceles que ya están afectando nuestros productos al sector del acero y del aluminio y que alcanzarían estas medidas una afectación de un total de 22.000 millones de euros en importaciones de Estados Unidos. Como digo, estas medidas están suspendidas para evitar una interpretación o una narrativa de escalada arancelaria que no beneficiaría a nadie y favorecer la posibilidad de llegar a acuerdos con Estados Unidos que impulsen las relaciones entre estos dos grandes bloques comerciales.

No obstante, como he dicho antes, este enfoque no debe entenderse como un elemento de ingenuidad o de debilidad, sino como una aceptación de que es necesario avanzar de manera constructiva para intentar llegar a ese acuerdo que sea equilibrado y que sea justo. Seguiremos trabajando de manera activa, buscando soluciones, pero también, como he dicho, sin ser ingenuos y teniendo una capacidad de respuesta de manera proporcionada a estas medidas arbitrarias que afectan a nuestro tejido productivo.

Este es el enfoque abierto, constructivo, pero pragmático que estamos manteniendo desde la Comisión Europea y con el respaldo de los Estados miembros. La semana que viene, de hecho, volvemos a tener una reunión de ministros de Comercio de la Unión para continuar abordando y adaptando esta estrategia de respuesta de forma más eficaz y eficiente posible.

Si pasamos ya al ámbito doméstico, al ámbito español, pese al contexto de enormes dificultades, incertidumbres e incógnitas, sí que me gustaría señalar dos buenas noticias a nivel nacional.

  • Por un lado, y como no puede ser de otra manera, me gustaría señalar el buen comportamiento de la economía española. Ha mantenido su dinamismo en los últimos meses. A principios de esta semana conocimos los datos de afiliación del mes de abril, que mantienen precisamente ese pulso de crecimiento con esa creación de 70.000 empleos en términos desestacionalizados en el mes de abril y 480.000 en los últimos doce meses. Este buen comportamiento, además, permite anticipar unas perspectivas favorables. Lo confirmábamos así desde el Gobierno la semana pasada, actualizando nuestro escenario macroeconómico, donde mantuvimos ese crecimiento del 2,6% para el 2025 y un 2,2% para el 2026. El propio Fondo Monetario Internacional hace apenas dos semanas actualizaba al alza sus previsiones para la economía española en este 2025 hasta el 2,5%, siendo la única economía avanzada para la cual el FMI actualizaba al alza sus previsiones y, además, siendo la economía avanzada para la cual el FMI prevé unas mayores previsiones, un mayor crecimiento de PIB en este año 2025, como ya fue el caso en el año 2024. El hecho de que España esté liderando el crecimiento entre las economías avanzadas, desde luego, no es una casualidad, es el resultado de un modelo de crecimiento equilibrado, es el resultado de un impulso decidido por modernizar nuestra economía y con una contribución esencial a este impulso modernizador de nuestra apuesta por las energías renovables.
  • La segunda buena noticia, más allá de este buen comportamiento de la residencia de la economía española, no es otra que el hecho de que estamos preparados para responder a este conflicto. Pese a tener una menor exposición a nivel agregado a esta perturbación comercial que otros socios, los efectos inevitablemente se van a dejar sentir de forma variable entre empresas, sectores o incluso regiones. Tenemos que cubrir estas necesidades. Y para ello, y bebiendo, por supuesto, de la experiencia de los últimos años, respuesta a la pandemia, respuesta al impacto de la guerra de Ucrania, a la crisis inflacionaria, respuesta a la dana, España fue el primer país de la Unión, como he dicho antes, en articular un plan con medidas específicas por un valor inicial de más de 14.000 millones. Lo hicimos en apenas 12 horas tras la rueda de prensa del anuncio de las medidas arancelarias por parte del presidente norteamericano. Ya estaban apenas 12 horas después de estas medidas sobre la mesa para dar precisamente certidumbre en el apoyo a nuestras empresas. Para que sepan, empresas y trabajadores, ciudadanos, que pueden contar con esta garantía del apoyo incondicional por parte del Gobierno y de acompañamiento frente a una situación particularmente compleja.

Y entro ya en este plan, en nuestra respuesta. Déjenme decirles de antemano que estoy convencido que es el plan que necesitamos, el plan que España necesita. Y lo es por tres razones. La primera de ellas es que responde a las necesidades que nos manifiestan las empresas en este momento. La segunda es que bebe del diálogo y de la unidad de acción. Y la tercera es que es un plan dinámico, que está preparado para ir evolucionando conforme la situación lo exija.

Déjenme ahora que entre en cada una de estas tres razones de manera escueta.

1) En primer lugar, como he dicho, es un plan que cubre las necesidades que nos manifiestan las empresas que se están viendo afectadas por este conflicto arancelario. Déjenme aquí que comparta con ustedes algunos resultados de una encuesta que ha lanzado ICEX a las principales empresas exportadoras españolas, donde apunta hacia precisamente cuáles son las necesidades de nuestras empresas en esta coyuntura actual. Más de 1.150 empresas exportadoras han contestado ya a esta encuesta, con lo cual empieza a ser bastante significativa la respuesta que tenemos y, por lo tanto, también la interpretación de los resultados.

Las empresas, de hecho, lo que reflejan son dos resultados principales. El primero de ellos es que es necesaria una respuesta que atienda tanto a los elementos de corto plazo como a la adaptación en el medio y largo plazo a un entorno más fragmentado estructuralmente. De hecho, en torno a la mitad de los encuestados prevén un impacto estructural, es decir, a largo plazo, un mayor coste derivado de los aranceles impuestos por Estados Unidos. Este shock, según ellas, ha venido para quedarse. Y de hecho, siete de cada diez empresas nos manifiestan que lo que van a ver a largo plazo es una disminución de su facturación en Estados Unidos.

El segundo elemento importante que sacamos de esta encuesta es que tanto el refuerzo de la presencia internacional como la financiación surgen como dos elementos esenciales para el futuro de las empresas. Ante esta situación, ellas identifican como elementos clave de apoyo en estos momentos la búsqueda de clientes en mercados alternativos, la obtención de información, apoyo en materia de comunicación o marketing y también el acceso a la financiación. Precisamente, el plan de respuesta que hemos puesto en marcha despliega estas dos dimensiones, instrumentos financieros y comerciales, en torno a estos dos ejes de actuación. Por un lado, una red de protección y de ayuda inmediata al tejido productivo.

Sabemos por la experiencia de las crisis pasadas, como he dicho anteriormente, que la reacción inmediata poniendo a disposición de las empresas la liquidez necesaria en estos primeros momentos es vital. Este elemento preventivo suele ser una de las principales características en el éxito de la respuesta ante crisis. De hecho, por ejemplo, la situación en la cual una empresa no puede acceder a corto plazo a liquidez suficiente puede acabar provocando una reacción en cadena en proveedores, en su cadena de valor, que acabe transformando un problema de liquidez de corto plazo en un problema estructural, un problema de solvencia, que es mucho más costoso y mucho más difícil de corregir. De ahí la urgencia de actuar en este ámbito, de proveer esta liquidez, esta financiación a corto plazo.

En este caso, el plan cuenta, como saben, con una línea de avales ICO de 5.000 millones, que aprobamos hace ya un mes mediante este real decreto ley, cuya convalidación buscamos hoy.

Cuenta también el plan con una línea ICO de 1.000 millones de financiación intermediada.

Cuenta además con la financiación del Fondo de Apoyo a la Inversión Industrial Productiva, es decir, especial atención a la industria, que tiene retos estructurales por encima de estos retos asociados al conflicto arancelario. 

Y este plan cuenta también con los incentivos a la adquisición de vehículos eléctricos y despliegue de infraestructura de recarga, es decir, el plan MOVES. 

Hablábamos antes de lo que nos aporta la experiencia y, en este caso, yo creo que si nos atenemos, por ejemplo, a la experiencia que tenemos en materia del impacto positivo de los avales COVID, no hace falta retrotraerse demasiado. Podemos irnos al impacto positivo que tuvieron en la respuesta al COVID, donde favorecieron el acceso al crédito a 675.000 empresas en sectores variopintos, desde construcción, infraestructuras, turismo o servicios empresariales. Es una medida que nuestras empresas conocen, que nuestras entidades financieras están acostumbradas a repartir de manera granular y que sabemos que ha funcionado con éxito en el pasado reciente.

El primer tramo de 1.000 millones de estos avales ICO ya está autorizado mediante acuerdo del Consejo de Ministros. Y les puedo informar, además, de que el ICO ha cerrado ya el contrato marco con todas las entidades financieras para activar este instrumento. Es decir, hemos seguido trabajando de manera diligente en este último mes.

Además, en esta primera pata contamos también con la seguridad que aporta el mecanismo RED, que también nació, por supuesto, del éxito de la respuesta a la pandemia, del éxito de los ERTE en este caso. Este mecanismo se podrá activar en los sectores más expuestos para aliviar al tejido productivo, favorecer el mantenimiento del empleo y promover también –esto es importantísimo– su cualificación en respuesta a las necesidades de los distintos sectores. El mantenimiento del empleo, la importancia también de mantener los centros de producción, de creación de valor en España, son y seguirán siendo en sucesivas capas elementos esenciales de nuestra respuesta, en línea, además, con la sensibilidad que habéis demostrado muchos de los grupos parlamentarios.

Y voy ya con el segundo eje de este plan de respuesta. Más allá de esta red financiera de carácter preventivo, el plan pretende incorporar, tal y como nos exigen las empresas, una visión de medio plazo que fomente precisamente la internacionalización de nuestro tejido productivo, una mayor competitividad, una mayor proyección internacional de nuestras empresas. Tenemos que contar con mimbres, de nuevo, que sabemos que funcionan y que nos permiten afrontar estos procesos con garantías.

En este caso, tenemos instrumentos adicionales, como son nuestros seguros de crédito a la exportación, provistos por CESTE, cuya capacidad financiera ampliamos también con este Real Decreto Ley. Este Real Decreto Ley sirve también para ampliar el Fondo para la Internacionalización de la Empresa, FIEM, que contará con 220 millones más para apoyar de manera decisiva estos proyectos internacionales de nuestras empresas. El Real Decreto Ley, por lo tanto, en esta segunda pata, recoge hoy o pretende convalidar instrumentos financieros de más de 2.200 millones de euros para acompañar este proceso de internacionalización de las empresas.

Además, en este segundo eje se inserta también la orientación de 5.000 millones de euros del Plan de Recuperación para acceder o permitir el acceso a estos elementos de financiación, orientándolo a las necesidades de las empresas más afectadas por el conflicto y que puedan también atender a necesidades de inversión asociado a esa necesidad de internacionalización y de redireccionamiento de su producción. 

Por lo tanto, señorías, estamos ante un plan ambicioso, articulado para estar a disposición de las empresas y trabajadores de manera inmediata, respondiendo a sus necesidades y actuando a modo de red de seguridad y con una hoja de ruta no sólo de corto sino también de medio plazo para salir reforzados, una vez más, de esta compleja situación actual. 

2) El segundo punto que he mencionado anteriormente, más allá de responder a las necesidades que nos están transmitiendo las empresas afectadas en las últimas semanas, es que este plan bebe, como he dicho anteriormente, del diálogo y de la unidad de acción.

Desde el principio, una característica esencial del plan ha sido, efectivamente, ser una herramienta abierta al diálogo con todos: agentes sociales, grupos parlamentarios, empresas, comunidades autónomas… Y aquí me gustaría, desde esta posición, agradecer a todos los grupos parlamentarios su buena disposición y el buen diálogo y el buen trato que hemos tenido en estas últimas semanas y que espero que continúe también en los próximos meses, puesto que, como he dicho muchas veces, esta respuesta va a ser una respuesta continuada en un entorno que sabemos que es complejo, cambiante y dinámico. 

Este diálogo, esta respuesta abierta al diálogo, es lo que hemos hecho en la preparación del Real Decreto-Ley, es lo que hicimos también en la redacción del acuerdo de Consejo de Ministros para la línea de avales ICO, con un contacto continuo con los grupos, con vosotros, que habéis contribuido, que han contribuido, señorías, a la redacción final de estos documentos.

Y en eso seguimos. Hemos seguido, además, precisamente durante las últimas semanas. Hemos seguido trabajando en construir este plan y hacerlo entre todos. De hecho, próximamente, espero que en los próximos días, presentemos ya el plan de respuesta de ICEX, que ya anuncié aquí, en esta tribuna, hace un mes cuando comparecí. Este plan de respuesta es fruto de la colaboración con las comunidades autónomas y busca, precisamente, como he dicho antes, apoyar a las empresas en esta actividad internacional.

Déjenme que les dé algo más de detalle con respecto a este plan que, como digo, se está elaborando mano a mano con las comunidades autónomas. El plan va a proporcionar un acompañamiento personalizado, intensivo, a las empresas que se vean particularmente expuestas, tanto para afianzar su posición en Estados Unidos, que muchas lo están pidiendo, como para buscar, también, como he dicho antes, mercados alternativos.

Además, el plan apuesta por la información pormenorizada, por la inteligencia comercial, que es también lo que están pidiendo nuestras empresas. Formación especializada, refuerzo del talento y, también, refuerzo del posicionamiento, que identifique a los productos de nuestro país como productos de elevada calidad y excelencia en su elaboración.

Por supuesto, este plan de ICEX buscará acompañar, en particular, de forma personalizada, a nuestras pymes, que son las que más lo necesitan, ayudándoles en sus decisiones de crecimiento, inversión y apostando por su permanencia y por su inserción en las cadenas de valor globales.

Este plan, además, como he dicho, al haberse elaborado de manera conjunta con las comunidades autónomas, tiene, también, o presta especial atención a algunos elementos idiosincráticos, particularmente importantes. Desde la insularidad o pertenencia a regiones periféricas, como la particular atención a sectores más vulnerables que han surgido, también, de nuestras conversaciones. Por ejemplo, sectores con inversiones significativas en Estados Unidos, como el de las conservas o congelados. O sectores también particularmente afectados, desde máquinas de herramientas, siderurgia, metalurgia o  las actividades logísticas portuarias. Es decir, este plan pretende dar respuesta, precisamente, a esta idiosincracia de nuestro tejido productivo y hacerlo de manera que vaya alineado con las necesidades que manifiestan nuestras empresas.

3) Y la tercera dimensión, por la cual creo que estamos poniendo sobre la mesa el plan adecuado para las necesidades de nuestro país, es que es un plan abierto y en construcción. Como ya señalé en su día, este carácter abierto y dinámico es uno de los elementos fundamentales de este plan de respuesta al conflicto arancelario.

Hoy traemos, ya lo dije hace un mes, una primera capa de este plan, un punto de partida que es necesario. Lo iremos adaptando, lo iremos complementando, como he dicho antes, en un entorno cambiante de enorme incertidumbre.

Complementándolo, por ejemplo, con actuaciones que nos van pidiendo las empresas y organizaciones en el marco del diálogo continuo que estamos teniendo con ellas en los cinco grupos de trabajo que hemos creado -de bienes agroalimentarios, bienes de consumo, bienes de equipo y material eléctrico, productos industriales y también química y medicamentos-.

En ese marco nos señalan algunas medidas complementarias en las que ya estamos trabajando, algunas de ellas que tienen que ver con el ámbito europeo, por ejemplo, el refuerzo de las medidas de salvaguarda al sector del acero para evitar elementos tan importantes y tan potencialmente dañinos como la desviación de comercio en el contexto actual. O a nivel doméstico, medidas complementarias como el seguir avanzando en herramientas, en instrumentos, en medidas de apoyo a la competitividad, en este caso a través de la reducción de la simplificación normativa y la reducción de barreras administrativas. Y esto lo estamos haciendo de nuevo de la mano de las comunidades autónomas y también de las corporaciones locales en el marco de nuestro Régimen 20, respetando de nuevo también las especificidades y las competencias de cada uno en este ámbito.

Cierro ya, señorías, invitando o haciendo lo que he hecho al principio, invitando a los grupos a votar a favor y convalidar las medidas de este Real Decreto Ley 4/2025.

Les animo, les invito a apoyar estas palancas financieras que ponemos a disposición de nuestras empresas para ayudarles a hacer frente a un contexto complejo, para dotarles de más garantías y más certidumbre en este escenario. 

Como decía, hemos aprovechado la experiencia que nos da la retahila de crisis a las que hemos ido respondiendo y que hemos ido superando en los últimos años.

Les invito, además de votar a favor y convalidar estas medidas, les invito a seguir trabajando de manera conjunta en el desarrollo de las siguientes capas de esta respuesta necesaria ante un entorno complejo, como he dicho, dinámico y cambiante. En la definición de las medidas de apoyo a empresas y trabajadores ante este conflicto arancelario.

Como ya saben, sus señorías, mi mano está tendida.

Muchas gracias.

Transcripción realizada por el Departamento de Comunicación del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa

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