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Poli Suárez afirma que el nuevo Plan de Infraestructuras Educativas no será “una lista de promesas incumplidas”

El consejero de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes del Gobierno de Canarias, Poli Suárez, defendió este viernes en la Comisión del Parlamento de Canarias que el Plan Estratégico de Infraestructuras Educativas de Canarias (PEIEC) 2024-2035, a diferencia del anterior, no será “una lista de promesas incumplidas” y, de hecho, “ya ha empezado a ejecutarse”.

El PEIEC será así “una hoja de ruta clara, con acciones concretas y con seguimiento riguroso de cada intervención”, incluidas la reconstrucción del CEIP La Laguna o la creación del CIFP de Los Llanos de Aridane, en La Palma; el CEIP Valverde, en El Hierro; la ciudad educativa y deportiva de San Sebastián de La Gomera; el Plan de Choque para el sur de Tenerife; la puesta al día de las infraestructuras educativas de Lanzarote; la reestructuración del mapa escolar de Pájara, en Fuerteventura, o la reforma de los ceips teldenses Esteban Navarro Sánchez, María Jesús Ramírez Díaz o Pedro Lezcano, en Gran Canaria.

Para ello, “lo primero” que se ha hecho ha sido establecer un mapa de necesidades educativas, que ya permite conocer qué centros requieren actuaciones urgentes, dónde es necesario construir nuevas infraestructuras y qué municipios tienen mayor presión de matrícula, trabajando directamente con los ayuntamientos para la cesión de suelo en aquellos municipios donde se necesita construir nuevos centros, una planificación “fundamental para evitar retrasos y garantizar que cada actuación cuente con el respaldo administrativo y la viabilidad urbanística necesaria antes de su ejecución”, según Poli Suárez.

En ese sentido, el documento, que ha sido fruto de un trabajo y escucha previos con el Consejo Escolar de Canarias o las federaciones canarias de islas y municipios (Fecai y Fecam), es un plan “realista”, que “queremos que se cumpla”, afirmó Suárez, quien recordó que el grado de ejecución del plan anterior únicamente alcanzó el 12,5 por ciento.  El nuevo no será solo una “declaración de intenciones” y permitirá avanzar “con criterios de ejecución realista, planificación territorial eficiente y transparencia en la gestión de los recursos”, sentenció el responsable regional de Educación.

Mucho más allá

Además, “no es sólo un proyecto de infraestructuras”, sino que “va mucho más allá”, enfatizó Poli Suárez. “Se trata de mejorar las condiciones de aprendizaje del alumnado, de proporcionar al profesorado espacios adecuados para su labor y de ofrecer a las familias una red de centros educativos moderna, accesible y bien equipada”, añadió el consejero, para quien “no se trata solo de construir colegios o reformar instalaciones”, sino de “garantizar el derecho a una educación en condiciones óptimas”.

Para ello, el plan parte de “un análisis realista de la situación” que el actual equipo de la Consejería encontró al asumir esta responsabilidad. Así, los informes técnicos y las visitas realizadas por personal de la Dirección General de Infraestructuras y Equipamientos, que coordina Iván C. González, han identificado “tres grandes áreas de intervención prioritaria”: el crecimiento de la demanda educativa y planificación de nuevas infraestructuras, la necesidad de adecuación y modernización de los centros existentes y la agilización de la ejecución de proyectos.

En ese sentido, Suárez admitió que, en muchas zonas del archipiélago, la actual infraestructura educativa no es suficiente para absorber la matrícula esperada en los próximos años, un crecimiento que no solo afecta a la enseñanza obligatoria, sino a la formación profesional y la educación especial, y que exige planificación previa, porque, de lo contrario, “corremos el riesgo de generar centros educativos sobrecargados, sin capacidad suficiente para responder a las necesidades del alumnado”.

Además, a día de hoy, hay centros educativos que requieren “mejoras urgentes”, por problemas de accesibilidad, de instalaciones que no cumplen con las condiciones de seguridad necesarias y de deficiencias que afectan a la calidad del aprendizaje, admitió Suárez, para quien “este es un aspecto clave” y “debemos adaptar nuestras infraestructuras a las condiciones climáticas de Canarias”.

Argumentó Suárez que las altas temperaturas han pasado de ser un problema ocasional a convertirse en un desafío estructural, y, en muchas aulas, la falta de ventilación y de espacios de sombra “afecta directamente al bienestar del alumnado y del profesorado y personal socioeducativo”, de ahí que “este plan incorpora medidas concretas para adaptar los centros a esta realidad y garantizar que cada espacio educativo sea seguro y confortable”.

Por último, otro de los problemas encontrados por la actual Consejería ha sido “la falta de planificación en la ejecución de infraestructuras en el pasado”. “Nos hemos encontrado con proyectos paralizados, con obras sin financiación asegurada y con centros que llevan años esperando intervenciones que nunca llegan”, subrayó el consejero, quien explicó que, por todo ello, “hemos establecido mecanismos estrictos para que ningún proyecto se inicie sin suelo disponible y sin la garantía de que cuenta con los recursos necesarios para ejecutarse en los plazos establecidos”.

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