Elma Saiz destaca el esfuerzo del ministerio en combatir las vulnerabilidades a las que se enfrentan las mujeres migrantes
La ministra Elma Saiz clausura la conferencia de la Red Europea de Migraciones.
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, ha sido la encargada de clausurar la conferencia Integración e inclusión de la mujer migrante: realidad, retos y oportunidades, organizada por la Red Europea de Migraciones y celebrada el 30 de diciembre en Madrid.
La finalidad de esta conferencia ha sido abordar la situación de las mujeres migrantes en nuestro país y en otros Estados miembros de la Unión Europea, destacando los desafíos y problemas a los que se enfrentan y qué medidas se están adoptando para garantizar su integración e inclusión, especialmente en lo relativo al acceso al mercado laboral y la vivienda. También se ha tenido la oportunidad de conocer la experiencia de varias mujeres que han emigrado a través de su testimonio.
La conferencia, inaugurada por la secretaria de Estado de Migraciones, Pilar Cancela, ha contado con la participación de varios expertos internacionales en materia de migraciones, que han tenido la oportunidad de debatir en mesas redondas sobre diversos temas: la mujer migrante ante el problema de la vivienda, mujer migrante y mercado de trabajo o el desafío de migrar.
Doble vulnerabilidad de las mujeres migrantes
La integración y la inclusión de las mujeres migrantes puede considerarse un reto particular dentro del objetivo más amplio de integración e inclusión de la población migrante en general. El reconocimiento de la existencia de la situación de doble discriminación que sufren las mujeres migrantes refuerza y reconoce la necesidad de realizar intervenciones que favorezcan su integración e inclusión. Estas medidas necesarias son reconocidas en el Plan de acción sobre integración e inclusión 2021-2027 de la Comisión Europea.
Como ha recordado la ministra Elma Saiz, «es una realidad que cuando en la persona confluyen varias de esas M, como la de mujer y migrante, las barreras y las vulnerabilidades se multiplican. Y para derribar estas barreras trabajamos sin descanso en este ministerio».
A causa de esta «doble desventaja», debido a la condición de ser mujer y ser migrante, sufren una tasa de paro más alta que las mujeres no migrantes y que los hombres migrantes. En el caso de las mujeres con hijos pequeños, la tasa de empleo es significativamente menor entre las mujeres migrantes que entre las no migrantes.
Además, la mujer migrante se enfrenta de forma particular a barreras como la discriminación por género y origen étnico. Muchas mujeres migrantes son más vulnerables a la violencia de género debido a su situación administrativa irregular y la falta de redes de apoyo. Por ejemplo, según el Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer, el 43% de las víctimas en España, durante el periodo 2006-2022, son mujeres extranjeras. La irregularidad administrativa también dificulta el acceso a servicios de salud y vivienda digna.
Por otra parte, existe también una brecha educativa y profesional. Aunque muchas mujeres migrantes tienen formación académica en sus países de origen, en ocasiones se han de enfrentar a procesos de reconocimiento que, con un coste económico, las relegan, al menos durante la tramitación, a empleos por debajo de sus cualificaciones.
España, principal país de destino de las mujeres migrantes en la UE
Estudios recientes, entre los que destaca el informe de la REM sobre Integración de las mujeres migrantes en la UE: políticas y medidas, demuestran que uno de los cambios sociales más importantes acontecidos en Europa en las últimas décadas es la transformación y la feminización de los flujos migratorios.
Dentro de esa tendencia, España destaca como el país de destino con mayor porcentaje de mujeres inmigrantes (50,5% en los años prepandemia y 49% en 2022, si se excluyen los inmigrantes de Ucrania), debido principalmente a la inmigración procedente de Latinoamérica, principal origen de los migrantes que se dirigen a España. Este es un rasgo relevante por la importante contribución de las mujeres en las actividades de cuidado de niños y personas mayores en España.
