El Centro de Arte La Regenta presenta dos nuevas exposiciones de arte contemporáneo
‘ZAJ. 60 AÑOS’ repasa la historia de este emblemático grupo artístico fundado por Juan Hidalgo, bajo la curaduría de Carlos Díaz-Bertrana
‘Fumi aurum templum’ de Cristina Deniz Sosa, instalación erigida a partir de pinos quemados del incendio de 2019 en Gran Canaria
La inauguración será este viernes 31, a partir de las 20:30 horas, y ambos trabajos podrán visitarse hasta el 22 de marzo
El Centro de Arte La Regenta presenta las dos nuevas exposiciones que albergarán sus salas expositivas durante los primeros meses de 2025. De una parte, ‘ZAJ. 60 AÑOS’, retrospectiva que repasa la historia del emblemático grupo de vanguardia creado en 1964, cuyo ‘núcleo duro’ estuvo conformado por los transgresores artistas Juan Hidalgo, Walter Marchetti y Esther Ferrer. Este ambicioso proyecto, comisariado por Carlos Díaz-Bertrana, reúne medio centenar de las obras más representativas del grupo, con piezas de carácter instalativo y multidisciplinar, con diferentes formatos y soportes como fotografías, instalaciones u objetos.
Por otro lado, Cristina Déniz Sosa exhibe ‘Fumi aurum templum’, instalación creada a partir de troncos de pinos quemados durante el gran incendio que sufrió Gran Canaria en 2019, como llamada ante la urgencia de respetar el dañado medio ambiente.
La inauguración de ambos trabajos se celebrará este viernes 31 de enero, entre las 20:30 horas y las 23:00 horas. La entrada es libre, y estará abierta a la ciudadanía hasta el 22 de marzo en el horario regular del espacio.
El acto de presentación ha contado con la presencia del viceconsejero de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Horacio Umpiérrez, el director de La Regenta, Alejandro Vitaubet, el comisario Carlos Díaz-Bertrana y la artista Cristina Déniz Sosa.
Seis décadas de transgresión europea
Madrid, 1964. Los jóvenes músicos Juan Hidalgo y Walter Marchetti desarrollan, en colaboración con el compositor Ramón Barce, una acción utilizando voluminosos objetos de madera de chopo. Transitan con ellos unos seis kilómetros alrededor de hora y media por las calles. Nacía así ‘Zaj’, que décadas después sería reconocido como el grupo vanguardista más importante de España, y al que se uniría a su núcleo duro, en 1967 la performer Esther Ferrer.
En esencia, ‘Zaj’ no significa nada. Su nombre es un juego, de palabras, que a su vez invita a participar, de forma libre, al resto. Por este colectivo abierto transitaron relevantes autores de la creación contemporánea, española y europea, en la segunda mitad del XX: Manolo Millares, Tomás Marco, Alain Arias-Misson o Jörg Inmendorf. En palabras de Marchetti “Zaj es como un bar, la gente entra, sale, está, se toma una copa y deja una propina”.Como apunta Díaz-Bertrana “No se ‘lee’ igual un tarro de cristal con una tela en casa que sobre un pedestal en un museo. ‘ZAJ’ se ubicó en la vertiente experimental de la creación, por un camino paralelo al Fluxus de George Brech y Yoko Ono”.
“Influenciados por el planteamiento del ‘arte pobre’ del Zen, el colectivo trató de descubrir, experimentar y desarrollar un lenguaje nuevo mediante el humor, la ironía y un pozo nihilista. Su música, exposiciones y performances, más que mostrar, nos abisman en el sin sentido de la existencia humana.”, apunta el comisario.
En enero de 1996, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía le dedicó una gran exposición retrospectiva, reconociendo así su legado e influencia. El grupo anunció, entonces, el final de su actividad tras treinta y dos años en activo.
Actividades paralelas para público infantil y adulto
Como en cada exposición, La Regenta pone a disposición de la ciudadana una serie de visitas dialogadas y gratuitas, dirigidas tanto a público infantil como adulto, para acercar las claves de sendas exposiciones: los recorridos dirigidos a menores cuentan con una visita adaptada y un posterior taller de estimulación creativa. Como ya es habitual, una semana después de cada apertura se lleva a cabo la ‘Inauguración infantil’ diseñada para niñas y niños de a partir de siete años. Esta sesión se celebrará el viernes 7 de febrero, a las 18:00 horas. El 14 de marzo, a las 18:00 horas, se desarrollará ‘Arte en familia’, planteada para edades de entre 3 y 6 años junto a sus familiares.
Y, para el resto de públicos, el 26 de febrero a las 19:00 horas, contaremos con ‘Otra mirada’, que correrá a cargo del filósofo Fernando Castro Flórez. Para finalizar, el 5 de marzo a las 19:00 horas, el Departamento de Educación y Acción Cultural profundizará en los proyectos con el recorrido ‘GuiArte’. Todas las actividades de La Regenta son gratuitas, pudiendo inscribirse una semana antes de su celebración desde la página web del espacio.
Homenaje a la naturaleza herida
‘Fumi aurum templum’ plantea un valle de contrastes; madera carbonizada, con heridas abiertas de pan de oro. Cristina Déniz Sosa entrelaza la naturaleza y lo sacro en una bellísima instalación que recuerda un bosque calcinado o un cementerio de árboles. La sala se llena de restos quemados se presentan como testigos silenciosos de la relación entre la humanidad y el entorno. Chapa metálica deformada por el fuego, vestigio de un coto de caza, que refuerza la idea de la problemática interacción humana con los espacios naturales.
Con un profundo simbolismo, el uso del pan de oro en las cicatrices de los troncos resalta el valor de lo perdido y propone un diálogo entre lo vivo y lo no vivo. Esta obra no solo plantea preguntas sobre la explotación irresponsable de los recursos naturales, sino que también propone una reflexión sobre nuevas formas de coexistencia. Nos recuerda que el 80 % de los incendios forestales tienen origen humano, subrayando nuestra responsabilidad en el cuidado y respeto por el medio ambiente.
Cristina Déniz Sosa (Gran Canaria, 1981) es artista visual, curadora de exposiciones y gestora cultural. Licenciada en Bellas Artes por la ULL, joyería contemporánea en la Escola Massana y máster en gestión cultural en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Es conservadora en el Centro Atlántico de Arte Moderno. Su trabajo surge de una observación activa sobre nuestra interacción con el medio ambiente y el patrimonio compartido, con la intención de proponer nuevos protocolos de conexión que sugieran formas alternativas de coexistencia.