Cultura organiza una exposición temporal sobre la Dama Roja de la cueva del Mirón en el MUPAC
Santander- 04.09.2024
El Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria, MUPAC, acogerá desde hoy la exposición temporal ‘La Dama Roja, una mujer de hace 18800 años en la cueva del Mirón’. Organizada por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, esta muestra acercará al público uno de los descubrimientos más señalados de la arqueología prehistórica de Cantabria y el que mejor nos acerca a nuestros más remotos ancestros en la región.
La consejera Eva Guillermina Fernández ha destacado la «oportunidad única» que se presenta de poder contemplar «uno de los hallazgos más importantes de los últimos años, y que hasta hace poco, no podía ser visto» ya que estaba siendo investigado por prestigiosos equipos científicos tanto nacionales como internacionales.
En este sentido, ha destacado la necesidad de impulsar este tipo de exposiciones que dan un «valor añadido» a las «excepcionales» colecciones que custodia el MUPAC, «y sirve como aliciente para que las personas puedan visitar o revisitar este museo, aprovechando la exhibición de una de nuestros más singulares yacimientos: La Dama Roja de la cueva del Mirón».
Ha sido comisariada por los responsables del proyecto de investigación de la cueva del Mirón, Manuel Ramón González Morales y Lawrence Guy Straus, y coordinada por el director del MUPAC y las Cuevas Prehistóricas de Cantabria, Roberto Ontañón Peredo.
Con una configuración diferente, esta muestra se abrió al público en el espacio para exposiciones temporales del Centro de Arte Rupestre de Cantabria ‘Alberto I’ (Puente Viesgo) el día 3 de marzo de 2023, coincidiendo con la primera inauguración del centro. Se presenta ahora, renovada, para disfrute de los visitantes del MUPAC en sus instalaciones expositivas del sótano del Mercado del Este en Santander.
Se ha dado el nombre de «Dama Roja del Mirón» al conjunto de restos esqueléticos impregnados de óxido de hierro localizados en 2010 junto a un gran bloque al fondo del vestíbulo de la cueva ramaliega. Son los restos redepositados del enterramiento de una mujer cuyo cadáver fue colocado sobre su costado izquierdo, con las piernas flexionadas y cubierto por varias lajas de piedra.
El contexto sepulcral corresponde a la ocupación de la cueva durante el periodo denominado Magdaleniense Inferior y está fechado en 18800 años. Se trata del primer enterramiento de esa época hallado en la península ibérica, y el único otro contexto sepulcral del Paleolítico superior junto al de Lagar Velho, en Portugal (éste de época Gravetiense, hace unos 30.000 años).
En la exposición se muestra al público el hallazgo y el estudio científico del enterramiento, que nos ha permitido saber muchas cosas acerca de esta mujer y del ambiente en el que vivió. Por tanto, es también una exposición sobre ciencia arqueológica.
De nuestra misma especie, Homo sapiens, la ‘Dama Roja’ (así denominada porque sus huesos estaban teñidos de ocre) presentaba rasgos físicos propios de su procedencia africana. Sabemos que era una persona aparentemente sana, de complexión robusta, con casi 1,60 de estatura y unos 56 kilos de peso, que falleció hacia los 35-40 años de edad. Los análisis de ADN indican que se trataba de una mujer y han revelado que era de piel oscura, cabello también oscuro y rizado y ojos pardos, rasgos coherentes con el origen africano de nuestra especie.
El ADN nos informa también acerca del linaje de la Dama Roja. Desciende de una población europea de Homo sapiens muy antigua, de unos 35.000 años, identificada en una cueva de Bélgica. Sus descendientes recolonizaron Europa tras el último Máximo Glaciar. Además, tiene en torno a un 3,5% de ascendencia neandertal.
Su dieta estaba basada en alimentos de origen terrestre y un consumo ocasional de recursos marinos. Estos datos coinciden con los restos de fauna documentados en la cueva, donde predominan el ciervo y la cabra montés, junto con numerosas vértebras de salmón. En el sarro de sus dientes se conservan trazas del consumo de plantas y, de manera excepcional, restos de tejidos vegetales y esporas que suponen el primer testimonio conocido del consumo de dos variedades de setas en el Paleolítico. La riqueza y variedad de recursos alimenticios nos habla de una dieta mixta, equilibrada y suficiente. Los restos óseos de la mujer indican, asimismo, que estuvo bien alimentada desde niña.